6.8.06

¡Esta soy!

Sentada en el pequeñísimo sillón en el que desato a mis musas cada noche, empiezo a dudar… Me invade el terror de que existan en mi pedestal de mármol, mil fisuritas, aun invisibles, que puedan traerse abajo mi vida.

Es mi edificio un héroe de guerra, un experto en la defensa, ya que día a día se reanuda la batalla inconclusa del día anterior, el mundo contra mí y yo en pro del mundo.

¡Ya me cansé!

De lo mismo… siempre lo mismo...

Un grupo de gente que me señala y etiqueta mi forma de vivir de incorrecta… de rebelde.

Mi historia ha sido siempre la misma:

El día que descubrí el celestial mundo de las musas y los astros, me dijeron que eran cursilerías de adolescente, han pasado ocho años ya, y aun no se acaban los versos de mi pluma.

Cuando encontré placer en otras variantes del arte de poetar: trova, pintura y otros más, me trataron de loca y de extraña, no sé… pero ahora, tanto tiempo después, sigo creyendo que si esto es estar loco, debe ser supremamente monótona la vida de los humanos comunes, simples, corrientes y cuerdos.

Un poco más adelante en mi camino, decidí que había venido al mundo para esto, para perpetuar el arte: sobre un papel, una guitarra o las tablas de un escenario: ¡ARTE!

Resulta que incluso para mi familia, soy una “excéntrica vagabunda y resentida social” (¡Ah! Si tan solo supieran las horas de trabajo, disciplina y amor al mundo que requieren dos minutos de buen teatro o dos líneas de literatura… todo sería distinto)

…que si no estoy de acuerdo con vestirme a la moda o hablar fingiendo delicadeza y estupidez (que el mundo imbécil interpreta como feminidad), es porque soy una resentida social…

…que si no le voy a los países imperialistas y me opongo a la guerra, es porque soy una hippie indecente…

…que porque creo en la igualdad de género, de creencias, de oportunidades y predico la justicia social, soy una comunista fanática y me creo compañera de armas del Ché…

…que si no quiero tener hijos, es porque definitivamente, tengo traumas de infancia o me han maltratado hasta hacerme odiar a la raza humana…

…que si no me gusta que me regalen rosas, me traigan serenata o me escriban cartitas de amor y porque no lloro en las bodas… es porque soy insensible, lesbiana o simplemente, porque tengo corazón de piedra…

…que si no planeé mi vestido de novia desde niña y no creo en el firmar un papel para establecer una unión por el resto de la vida, es porque me gusta hacerme la muy liberal o porque no me “ha llegado el amor todavía”…

¡No! No soy de madera, río y lloro como todos, y mi piel esconde un corazón que sangra, que ama y que a veces también se da permiso de soñar… pero el papel aguanta lo que le escriban, las canciones que hoy se tararean mañana se pierden en el olvido y las flores pierden su aroma y se marchitan…

…pero… tus huellas en mi alma y mi piel son lo único inmortal, lo único que va a quedarse conmigo después de que te hayas ido…

¡Sí! Ojalá hubieran sangrado mis manos en la lucha ¡porque sí! Porque sigo creyendo que tenemos derecho a ser iguales… aun más… creo que somos iguales… ¡Creo en que el tiempo nos dará la razón y añoro la revolución para mis congéneres!

¿Y qué? ¿Qué, si me cansé de la violencia? ¿Es que acaso seguimos creyendo en la guerra santa? Matamos sin pensar, escupiendo la cara de un dios que no puede tolerar que lo usen de escudo para conseguir más… más dinero… más poder… más almas…

¿Qué, de los miles de niños y ancianos que mueren en África y en mi propia Centroamérica por hambre, mientras que en el Occidente Industrializado todos padecen obesidad?

Dedico mi vida entera al arte, porqué lo vivo, porque lo creo, porque él cree en mí y es el soplo en mi nariz que cada noche me devuelve la vida, porque me enseña la belleza y la verdadera felicidad, en medio del caos en el que existo.

Le canto a la Luna y le recito mis líneas a los astros, porque saben escuchar incondicionalmente y no me traicionan… aun no hallo un ser humano capaz de ser tan leal…

¡Esta soy!

¿Rebelde? Talvez… ¿Equivocada? ¡Jamás!

Porque ¿quién (que tenga un poco de conciencia) quiere vivir en un mundo tan frío e inhumano? ¿Qué tiene de malo creer en un ideal y correr con la mirada fija en una sociedad mejor?

Decíme como querás… ya me acostumbré… de todas maneras… ¡no voy a cambiar!

¡Porque ya me cansé!

… de que me digan como vestirme, qué palabras debo y no debo usar y dónde, qué lugares visitar, qué leer y qué no, qué estudiar, qué disfrutar, con quién pasar mi tiempo, qué creer, a quién querer y hasta cómo quererte…

¡NO MÁS!

Ya me harté además, de que no entienda el mundo, que por más limitaciones que me ponga en el camino y más me margine, no va a lograr más que señalarme mis errores y hacerme más fuerte… para seguir siendo yo…

De no ser así ¡Nada valdría la pena!

Tantos años de lágrimas, tanta sangre en mis ojos y sollozos en mi alma, tantos momentos de feliz triunfo, que no cambiaría por “popularidad”…

Aquí, a la luz de una vela, con el humo llenándome los pulmones y el alma de paz, sentada en el mismo lugar en el que escribo cada madrugada, descubro que no hay fisuras en mi catedral, sólo ejércitos enemigos que se han aliado contra mí, y no pretendo derrotarlos, pues sigo siendo solamente yo, con mi fuerza y mi poesía…

Yo, tan sola como siempre, con vos en el alma y el mundo en la mente… decido no venderme, no dejarme vencer, aunque dé la vida en la lucha, aunque pierda el aire y el sueño, decido no dejar de ser yo… ¡y morir en la victoria!

2 comentarios:

vanevalverdes dijo...

En algo creo que te equivocás: No sos vós tan sola, porque estamos los que te respaldan desde este lado de la lucha de clases, desde este bando que lucha por la liberación, por el fin de la enajenación...
Saludos y cuidáte,
F. Fallas

Valen dijo...

Se agradece el apoyo y saber que no estoy abandonada, pero ese día estaba MÁS SOLA QUE NUNCA... y de pronto me encontré y luego encontré muchos ojos esperanzados y muchos puños luchadores, que han reafirmado mi seguridad.
Gracias Fran!